viernes, 15 de diciembre de 2006

Capítulo 1 (de THoT)


---La verdad como tenía falta de inspiración decidi dejar desde ya mi primer capítulo de Cronicas de Mimir y si lo hice sin ningun tipo de prólogo ni nada es porque no se relaciona tanto con los anteriores y se centra más en Sikoth y Koru que recién aparecen aqui... tendría uqe poner algunos textos mios que sintetizen lo que ocurren entre cap y cap porque si tengo que ponerlos todos no acabo nunca en cambio los mios no superan los seis :P Por falta de tiempo no voy a corregir un error que tiene el texto pero luego de los finales sí, de todas formas es un error menor que tuve mientras lo escribia y jamas lo arreglé .. como nadie se quejó >>U ---



En las ultimas horas de la noche dos figuras avanzaban en medio del desierto, hacia Ravenloft y sólo estaban a algunos cuantos kilómetros. Ambas vestían capas y parecía que una fuese sombra de la otra, pero se trataba de dos personas. Desde que habían partido ambos se habían mantenido en silencio, cada uno en sus pensamientos pero al fin uno de ellos, quién tenía el rostro oculto tras la capucha, habló.



- Ya han pasado diez años desde que entramos a este lugar maldito hermano, y ansío ver una vez más los bosques y lagos. Estaba acostumbrado al desierto pero aún asi era asfixiante...aunque supongo que echaré de menos a Renke-sensei.



- Si...yo también y lo sabes, pero ya podemos transitar el camino que nos mostró por nuestra cuenta, él ya no tenía nada más que enseñarnos – respondió el otro.



- Hermano, ahora a donde nos dirigiremos?



- En primera a ese pueblo de alli adelante...Ravenloft, tal vez alli podamos hacernos de algo de dinero, no traemos más que víveres con nosotros y no durarán por siempre.



- El futuro se nos presenta incierto, pero lleno de posibilidades – dijo mirando hacia la ciudad más para sí mismo que para Koru, de pronto desvió su mirada hacia al sudoeste no había nada nuevo en esa dirección, solo desierto, al menos hasta donde llegaba la vista.



- Que sucede?



- No sé....siento algo que viene de alla- dijo señalando con el dedo – sabes que en este lugar a veces se siente presencias extrañas.... ya estoy algo acostumbrado a eso pero esta es diferente...aunque tal vez no menos terrible.. tu no la sientes? – dijo viéndolo a los ojos



- No, no la siento... es extraño, como dices yo también siento a veces presencias, algunas abominables, pero ahora no siento ninguna en esa dirección... – dijo observando hacia alli, escrutando el horizonte a modo de concentración – definitivamente, nada...



- Tal vez sean ocurrencias mías, pero lo dudo.



Así siguieron caminando en silencio y al llegar a las puertas de la ciudad ya estaba amaneciendo. Comenzaron a caminar por las calles de la ciudad que ya por entonces empezaban ya a poblarse. Fue entonces cuando vieron a un niño que le arrebataba algo a un hombre, y que salía corriendo hacia donde ellos estaban. Sikoth lo tomó por la espalda levantándolo.



- Parece que tiene algo que le pertenece – dijo Koru al hombre que ya se había acercado hacia ellos.



Ahora que lo miraban más detenidamente aquel hombre vestía una larga túnica negra y tenía una expresión de fría cortesía que a ambos desagradó; su mano derecha se apoyaba en un bastón.



- Ehm – dijo pensativo mirando con curiosidad a Sikoth, quién se limitaba a sostener al chico que pataleaba tratando de soltarse – si, efectivamente, se los agradezco dijo arrebatando un pequeño saco de las manos del joven ladrón; tengan – dijo tendiéndole a Koru unas monedas – con esto podrán al menos tomar algo en alguna posada, tengan buenos días – dijo y con eso se despidió.



- Sikoth, por que hiciste eso? Ese tipo no me cayó nada bien – dijo con una mirada sarcástica; su hermano no le respondió nada, solo bajó al chico que no tardó en espetarle.



- Para que te metes en lo que no te importa? – y sin decir más echó a correr y no tardó en perderse de vista.



- Hermano..? Por que lo..?



- Durante este tiempo a pesar de que no quería, varias veces nos convertimos en ladrones....nuestras espadas también son producto de eso... no sé porque lo detuve...después de todo fue inútil, ese chico esta condenado a ser un ladrón...nosotros también?



- No lo sé hermano, no lo sé...pero que te sucede, por que estas tan pensativo?



- Tal vez lo hice porque no quería que el también se convirtiese en un ladrón pero como ya dije, fue en vano verdad?



Ambos continuaron caminando y doblaron por una calle en la que había varios puestos de mercaderes con todo tipo de cosas. Sikoth se detuvo en uno:



- Buenos días – dijo el comerciante pero él no respondió.



- Buenos ..días – dijo Koru al fin con una expresión divertida.



- Parece que su amigo tiene interés en la amesig – dijo tomando la piedra que había estado observando con atención – su gran belleza puede ser engañosa – y en su mano, la piedra, que era de un esmeralda oscuro pero aun así brillante, se tornó de un pardo opaco.



- Como lo hizo? – preguntó Koru intrigado.



- No es algo que yo haya hecho, esta piedra tiene esa propiedad, con solo sostenerla su color se vuelve marrón y sin gracia...pero eso es todo lo que hace, asi que – dijo mirando directamente a Sikoth – se ha dejado llevar usted por las apariencias... sin embargo – la dejó a un lado y tomó otra, esta vez esta era pequeña y redonda, de color negro – esta es bastante especial, con suficiente concentración puedes ver tus propios recuerdos, kiom la llaman algunos, quieres probar? – dijo tendiéndosela a Koru.



La sostuvo y cerró los ojos, no pudo ver nada al principio, pero poco a poco, pudo verse a sí mismo recostado sobre algo, lo veía todo borroso, pero supo que era él y supo que en ese momento miraba con desesperación su brazo derecho, herido, del cual manaba sangre. Sin embargo, en el momento en que se dio cuenta que era lo que veía todo desapareció y no logró ver nada más.



- Es cierto, funciona – abrió los ojos y se la devolvió a su dueño – asombroso.



- Sii, las piedras son asombrosas sin duda, algunas tienen hermosos colores pero también las hay con propiedades muy interesantes como habrás visto. Tengo algunas de veras especiales, pero ando aun en la búsqueda de alguna que pueda mostrar el futuro.



- Y por que quieres verlo? – dijo Sikoth, hablándole por primera vez.



- Bueno, quien es aquel que no desearía conocer lo que le depara el futuro?



- Yo creo que es mejor esperarlo y confiar en él y en lo que nos traerá, no creo que exista tal piedra...



- Si hay una como esta que muestra el pasado, no veo porque no pueda haber una que muestre el futuro.



- Usted mismo dijo que mostraba los recuerdos...



- En fin – dijo algo molesto – qué van a comprar?.



- Solo estabamos viendo.... hasta luego – dijo y se alejaron dejando aun más enfadado al comerciante.



Asi pasaron algunas horas más hasta que pasado el mediodía ya, decidieron hacer uso de la recompensa obtenida y entraron en la primer taberna que encontraron. Cuando ya se habían sentado en la barra y estaban tomando algo de cerveza, reconocieron en una de las mesas al hombre que les habia dado el dinero, pero el parecía ya haberlos notado y se acercó lentamente hacia ellos.



- Parece que han sacado buen provecho – dijo sentándose a su lado – son viajeros?



- Si – dijo cortante Koru.



El hombre no pareció notarlo o al menos no le dio importancia pues siguió hablando como si no hubiese esperado respuesta alguna a su pregunta.



- .. también yo, he viajado mucho por Mimir durante toda mi vida, buscando encontrar algo que buscar....- dijo algo nostalgico, pero cambió de tono y siguió hablando - pero yo mismo soy de %$/%$%. Vine navegando por el lago &$&/ y al fin llegué aquí. Ustedes de donde vienen?



Koru no tenía ninguna intención de contestar y se hubiera levantado en ese mismo momento sino hubiera sido porque Sikoth le respondió.



- Del lugar maldito – dijo sin rodeos.



- Con que del “lugar maldito”? Ahora todos lo conocen así y pero solían llamabarlo desierto de Sugnark... curioso lugar, eh? Han ido alli por el tesoro..?



- Tesoro? – preguntó Koru ahora algo interesado – de que tesoro habla?



- Bueno, en ese lugar muchos dicen que yace un tesoro de los días antiguos, escondido claro está, nadie hasta ahora ha podido dar con él.



- Pero que es? – preguntó Koru.



- Muchos difieren en cuanto a eso, algunos dicen que se trata del tesoro de un reino antiguo, cientos de joyas y millares de monedas de oro; otros, un talismán que concede deseos; otros, la fuente de la vida eterna, como ven sólo coinciden que es un gran tesoro pero su naturaleza es bastante incierta.



- Usted también está tras él? – preguntó Sikoth.



- Yo? No...



- Bueno, con su permiso – dijo Koru levantándose.



- Por cierto, no les recomendaría que dijeran aquí tan abiertamente de dónde vienen, ustedes verán la gente aquí es muy supersticiosa... ni siquiera se atreven a entrar en él....a menos como ahora....que sea por un botín.



- De que habla ahora? – dijo algo cansado Koru, pero sin volver a sentarse pues quería alejarse lo más pronto posible.



- No lo saben? Pues me refiero a que muchos partieron hacia alli esta mañana, pero no por tesoros legendarios, por esta zona se habla de que recientemente ha aparecido una bruja.



- No deberían temer aun más asi de entrar en Sugnark? – preguntó Sikoth, bajo la mirada impaciente de Koru.



- Pues muchos si, pero en otros puede mas la avaricia que el miedo o la prudencia.... como sea, un gusto haber hablado con ustedes, hasta luego...casi olvido presentarme, me llamo Akwut.



Los dos se fueron sin decir más, Koru pues si bien al principio le había interesado la posibilidad del tesoro, pronto se dio cuenta de que solo eran tonterías; y Sikoth si bien se mostró interesado en las cosas que dijo Akwut, a él tampoco le caía bien el tipo.



Caminaron por la ciudad un tiempo más y cuando se acercaba el atardecer decidieron pasar la noche a las afueras de la ciudad y alli se encaminaban cuando al fin Koru preguntó:



- Por que le dijiste que veníamos del lugar maldito...? Primero le ayudas con lo del ladrón y luego le das conversación..



- No lo se... ya te dije hermano que no lo se exactamente ... sabes que no soy del tipo que le gusta conversar con extraños ...sin embargo quise saber lo que tenia para decir ..además no puedes negar que a ti te interesó la parte del “gran tesoro”



- Pero no se trataban sino de tonterías.



- Sin embargo, si fue interesante lo que dijo sobre la bruja..



- Más charlatanería.



- Charlatanería o no, ya viste, varios de aquí partieron hoy tras ella, le hemos preguntado a otros de por aquí sobre el tema y hemos visto que en eso no mentía.



- Tampoco que lo crean ellos no es garantía de nada...



- Tal vez, pero recuerdas lo que sentí esta mañana? Tal vez sea eso, tu mismo dijiste que necesitábamos dinero.



- Puede que en eso tengas razón, además nos serviría de practica, me convenciste entonces deberíamos marchar durante la noche sino no podremos alcanzar a esos tipos..



- Siie lo se...ahh, parece que aun falta para volver a ver los lagos y los bosques – dijo mirando el cielo.



- Tranquilo Sikoth, ya habrá tiempo para eso- Sikoth no le respondió y ambos se dirigieron hacia el sudoeste.



Caminaron toda la noche y solo comieron y descansaron un poco al amanecer.



- Sientes esa presencia? – preguntó Koru.



- Si, aun la siento, pero también la de los hombres y aun nos llevan ventaja.



- Si...a ellos si puedo sentirlos, entonces no sigamos aquí, no falta mucho para que les demos alcance.



- Tampoco ella esta muy lejos, tal vez a pesar de nuestro intento ellos lleguen primero.



Siguieron marchando esta vez más a prisa y fue cerca del mediodía que vieron a lo lejos un oasis, cuando llegaron pudieron ver a los hombres, estaban como paralizados de miedo frente a la bruja que se encontraba matando a unas criaturas similares a serpientes. Cuando estuvieron frente a ella, ninguna de esas criaturas estaba con vida y ella estaba mirándolos. Koru sostenía su espada y cuando hizo ademán de acercase más, su hermano lo detuvo con una mano y se apresuró a decir:



- Tu...no eres una bruja, cierto? – Sikoth miró a través de la mascara que ella portaba y pudo ver sus ojos, no necesito más para darse cuenta de que no lo era; y sin embargo no solo le alcanzo para darse cuenta de eso...esos ojos, era como ver reflejados en ellos los mares, las montañas, los bosques y las aves, todo lo que el añoraba frente a él en ella.



- Sikoth, que te sucede? – para Koru no había indicio alguno de lo que acababa de decir su hermano.



- Eso no te interesa.



- Tal vez no – no sabía que decir, pero ahora entendía perfectamente su presencia hermosa pero terrible, intimidaba por cierto que si, pero también lo maravillaba



- O sea que vinimos por nada? – dijo Koru decepcionado



- Por nada no…. - de pronto vio a su alrededor, cuando ellos caminaban hacia allí creían haber visto como todas las criaturas habían sido eliminadas, pero ahora se encontraban totalmente rodeados de ellas sin haberse dado cuenta, y los bandidos habían quedado afuera del anillos que formaban.



- Áspides…- dijo la joven preparándose para la pelea.



- Hermano, que..?



- Koru no tenemos otra opción además tu querías practicar, no? – dijo desenfundando él mismo su espada.



- Tienes razón – dijo sonriendo.



Tyra no les había prestado más atención y se dedicó a cortar a las áspides con sus alabardas. Sikoth tenia cuidado pues iban hacia el de todas direcciones y el solo tenia una espada, pero no era muy difícil cortarlas, era como si no se tratase de criaturas vivientes; al ver esto comenzó a atacarlas ya sin sentirse mal y acabo con muchas.



Los bandidos habían quedado fuera pero no se quedaron de brazos cruzados y ellos mismo comenzaron a cortar, aunque con más dificultad, a las aspides para alcanzar a Tyra a quien querían cazar.



Koru eliminaba a varias con su cimitarra, pero en un descuido bajó la guardia y una de las aspides estuvo a punto de morderle uno de sus brazos, pero Sikoth saltó hacia el y lo cortó rápidamente. Aun los rodeaban muchos y comenzaron a cansarse pues parecían no tener fin.

No hay comentarios: